Carlos Durán, emprendedor empedernido, se deja la piel en todo lo que hace. Arroz Rojo, su proyecto musical, no es una nueva banda emergente al uso. Es el viaje personal de un hombre a esas emociones de las primeras veces que ya creía perdidas llegados los 40. Siempre hay una primera vez para todo y nunca es tarde para experimentar algo nuevo. De eso va esta historia.

La última década la ha dedicado a soñar, crear y ver llegar hasta lo más alto a su proyecto vital más importante hasta la fecha, la cadena de autoescuelas hoy-voy, que él mismo fundó y dirige junto a su socio. Más de 50.000 alumnos han pasado por sus clases y a nivel empresarial ha revolucionado un sector que vivía atascado en un pasado en blanco y negro hasta su llegada.

Ahora Durán ha decidido cambiar su rol. Él es ahora ese conductor novel que toma por primera vez el volante de una banda que llega para quedarse. La crisis de los 40 y ese complemento en forma de pastillas de arroz rojo para combatir el colesterol son en parte los responsables del nacimiento de este nuevo proyecto, y la pasión por la música que le acompaña desde pequeño, una fuente evidente de inspiración.

A través de su primer trabajo de estudio, Durán se aproxima en primera persona a la inocencia, la valentía y la ignorancia que ocuparon ya su juventud. Llegados los 40, echa de menos todas aquellas primeras veces de su vida y no se le ha ocurrido nada mejor que llevar a cabo otra primera vez, su primer proyecto musical, compuesto totalmente por él.

Por primera vez es precisamente el título de su EP, para el que se ha acompañado de grandes nombres de la música en España. El trabajo se grabó el pasado mes de febrero en Madrid con la producción de Teo Cardalda (Cómplices).